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Mostrando entradas de junio, 2017

Etapa 9. Cabo Barbas.

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Etapa anterior: Etapa 8: Ausserd Hoy sí que madrugamos mucho. Tenemos mucha ruta por delante. Desayunamos y recogemos rápido. Después de la reparación, el coche va bien. Lo noto mucho más preciso en la dirección, sobre todo cuando tengo que encarrilarlo en las roderas al cambiar de pista. Encontramos un fuerte abandonado. Por el tipo de construcción y los restos que hay, parece relativamente moderno, tiene hasta cajas de mecanismos eléctricos, aunque de los cables no hay ni rastro, evidentemente. Del techo, tampoco. Parece un fuerte marroquí de alguna guerra reciente, de la del Sahara Occidental seguramente. A lo lejos, podemos ver otro fuerte igual, pero se nos desvía de la ruta.  Si el paisaje de ayer era cambiante, hoy lo es mucho más. Vemos dunas solitarias. Dunas móviles que van tapando las pistas a su paso y tenemos que sortearlas para seguir.  Cada vez vemos más camellos.  De vez en cuando, una haima , y su inseparable Santana al lado. 

Etapa 8. Ausserd.

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Etapa anterior: Etapa 7: Bir Anzarane La ruta de hoy es algo más corta. Nos entretenemos más en el desayuno y en recoger, y salimos más tarde. Continuamos por hamada , pero, poco a poco, el paisaje va cambiando. Hay alguna montañita. Vemos el primer cartel de aviso de zona minada. Poca broma con ésto. Seguimos por la pista y llegamos a un espectacular lago seco de cristales. Pensamos que es sal, pero cuando lo miramos bien, no lo es. Parece mica. El sol se refleja en los millones de cristales que llenan el suelo. Es un espectáculo natural inigualable. La foto no le hace justicia. Seguimos un rato, y llegamos al Trópico de Cáncer, 23º27’. Tan al Sur estamos yendo. A partir de aquí, las pistas se borran por falta de uso. Afortunadamente, tenemos los tracks de alguien que ya ha pasado, los waypoints de las pistas de Gandini y los que marcó Gus. Aún así, tenemos que enlazar los puntos de la ruta mediante la sofisticadísima técnica de navegación

Etapa 7. Bir Anzarane.

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Etapa anterior: Etapa 6: Cerca de Esmara-Desierto Cómo no, nos levantamos al amanecer. Desayunamos y hacemos una rápida revisión a los coches. No han sufrido mucho, pero conviene mirarlos de vez en cuando. Resultado: filtro de aire hecho trizas. Debió de entrarle algo de agua cuando el vadeo.  Por suerte, Pacoto lleva uno y nos lo presta. Nos quedan muchos kilómetros hasta Bir Anzarane, el siguiente pueblo, unos 250 o así. Seguimos, no os lo vais a creer, por la misma hamada que cojimos hace tres días ya. Yo, personalmente, empiezo a estar un poco cansado de tanta hamada. Levantamos muchísimo polvo. Es imposible pasar desapercibido, pero no hay nadie para vernos. Por suerte, hay un fuerte viento lateral que nos quita el polvo de delante y, manteniendo una distancia prudencial con el de delante, podemos avanzar sin problemas y con visibilidad casi total de la pista, que, por cierto, es una de las antiguas del Dakar, con sus montones de tierra a los lados, algunos coronados po